TERROR EN EL MEGASTORE

Por: Jose Manuel García Bautista

Paseamos por el centro de Sevilla y en él se encuentra uno de los hospitales más famosos de la capital andaluza en cuanto a fenómenos extraños se refiere durante la noche. Esta vez los afectados son los vigilantes de seguridad del antiguo centro hospitalario. Muchos son los testigos que aseguran a ver visto en el interior del lugar una monja vagando por los largos pasillos de este portentoso edificio. Y es que son muchas las noches en las que ocurren fenómenos extraños o de difícil explicación. El lugar fue escenario en el año 2.005 del rodaje de una película que trajo bastante cola. Numerosos fueron los vigilantes de seguridad y personas relacionadas con la productora que presenciaron visiones y sonidos espeluznantes.

A menudo los casos paranormales nos llegan sin más, de la forma más fortuita, más causal, más amistosa. Es el caso de nuestra siguiente parada, nuestra parada en un nuevo caso de “edificio encantado”. Sucedió en una ruta del misterio de Sevilla cuando un amigo, Alberto, se acercó y, mientras hablábamos de misterio, nos dijo: “tengo un caso que no sé si conocéis pero que es brutal y qué me pasó directamente a mí”. Aquella confesión nos llamó la atención y dejamos que nuestro amigo se expresara con libertad…

Así Alberto comenzó una historia apasionante de un misterioso fenómeno que le vivió en primera persona: “Estaba de servicio en la tienda de “Virgin Megastore”, en C/Sierpes 81, donde ahora está la tienda de “Desigual”. Si no recuerdo mal la tienda se inauguró en Noviembre del 93. Lo que me sucedió fue sorprendente… En Diciembre de ese mismo año, una de las noches a la hora del cierre, un compañero rompió una de las hojas de cristal de la puerta principal de Sierpes. Por este motivo se tuvo que montar el servicio de noche hasta la reposición de la puerta. Yo me ofrecí hacer los servicios de noche. Si no recuerdo mal fueron como quince noches con días intercalados de descanso. El caso es que no me ocurrió nada anormal salvo que todas las noches el ascensor se paseaba entre las tres plantas… Lo más fuerte fue cuando me quedaban dos noches y me encontraba cerca de la entrada en la madrugada, vigilando, calculo que serían las 02,30 horas, una de las dos puertas de emergencias, seguramente sería la de la primera planta pues la de segunda tenía un chivato y sonaba si se abría…, bien, aquella puerta se abre y seguidamente pega un portazo de mil demonios”, aún con el vívido recuerdo Alberto proseguía: “lo curioso es que escuché como la barra de la puerta la empujaban y para más miedo: eso sólo se podía hacer desde dentro de la tienda… Alguien invisible la estaba accionando. Fue el tiempo de coger la defensa (porra) y la linterna y subir a verificar el hueco de escalera de emergencias y todas las puertas y ventanas sin observar ninguna anomalía en ellas. Ya no podía explicarse como una corriente de aire y, además, fue cuando me di cuenta del detalle de haber oído la barra antipánico accionarse… Lo único que pude hacer fue ponerme en la puerta de la tienda y fumarme un cigarro para tranquilizarme, sabía que aquello había sido muy extraño. Al rato apareció Antonio, el sereno de la calle Sierpes, Sagasta, Puente y Pellón en aquella época, era todo un personaje con sus 70 años largos. Aquel día lo acompañaba su sobrino y me dijo que él se quedaba en la puerta y mientras su sobrino y yo miramos en toda la tienda sin encontrar nada ni nadie. Todo cerrado como yo ya había verificado antes…”

Además Alberto indagó en los fenómenos que ocurrían en aquel lugar, “te comento que cuando se estaba montando la tienda “Virgin” un representante de una discográfica se montó en el ascensor para subir a las oficinas de planta azotea, donde le esperaban en un despacho. Subió y bajo del tirón, y lo único que dijo es que no volvía a venir nunca más y no lo hizo…, la cara era un poema. Estos no se lo he comentado a nadie sólo a mis allegados, me refiero a mi experiencia, te pido que no des mi nombre”. Evidentemente “Alberto” sólo es un nombre figurado.

Nuestro protagonista preguntó al técnico de ascensores OTIS quién le dijo que era “imposible que ese modelo de ascensor se moviera solo ya que no tenía memoria y no se podía mover para ponerse en espera entre plantas” y añadió “que lo único que podía hacer es bajar dos centímetros como mucho por perdida de presión al no usarse durante la noche”.

La tienda ahora es de la firma “Desigual”, en la actualidad, y los que allí trabajan parece no haber vivido nada extraño, aparentemente. Con anterioridad fue de la firma “HM”, más atrás en el tiempo el referido “Virgin” y después con “Sport Zone”.

Casualmente, o no, el edificio está a escasos metros de uno de los santuarios del misterio de Sevilla: las antiguas cárceles de la ciudad, de recuerdos para Miguel de Cervantes y Saavedra y para los empleados del Banco Hispano Americano o Cajasol (hoy de La Caixa) y que han vivido experiencias difícilmente olvidable.