MISTERIOS EN LA PROVINCIA DE SEVILLA
Por: Jose Manuel García Bautista
Son nuestras localidades más cercanas las que atesoran historias increíbles y edificios llenos de duende y encanto. Hoy proponemos un viaje a algunos de ellos para conocer mejor su misterio, sus secretos y sus leyendas.
Misterio en la Alquería del Pilar
En Dos Hermanas se encuentra uno de esos lugares donde habita el misterio, donde el paso del tiempo se ha detenido y parece guardar uno de esos secretos de otro tiempo, en un marco que parece sacado de una novela victoriana y que sin embargo se desarrolla en la actualidad para temor de los que sufren los temidos fantasmas de la “Alquería del Pilar”.
Antaño fue cede de la Jefatura de la Policía Local, a su alrededor un impresionante conjunto de plantas que forman el parque construido por los poetas José Lamarque de Novoa y Antonia Díaz, a mediados del siglo XIX. Con claras vinculaciones a la notable familia de los Ybarra el parque es completado por las Huertas de San Luis y de Ybarra, construidas por José Mª Ybarra Gutiérrez de Caviedes, Conde de Ybarra y su edificio principal es precisamente el que todos llaman la Alquería del Pilar cuya edificación está actualmente dedicada a Casa de la Cultura, celebrándose en su interior juntas e incluso actos matrimoniales civiles, en los que participa activamente los miembros del Ayuntamiento de la localidad.
Pero tan noble lugar, en tan incomparable marco, también acoge en su interior una inquietante realidad ya que desde hace un par de años las personas que en su interior trabajan o reciben cursos han notado la presencia de algo extraño, de algo oculto, de algo misterioso… Pocos han sido testigos de la visión del secreto que el antiguo edificio de estilo victoriano esconde y sin embargo sus testimonios son toda una prueba de vivencias que han llenado de horror sus vidas…
Todo comenzó una fría tarde de Diciembre, nuevamente una empleada del edificio sintió de pronto como una extraña oleada de frío inundaba la estancia donde se encontraba, serían las siete de la tarde, había ya oscurecido cuando y se encontraba en la sala de peluquería que está en diagonal a la salón de actos, sintió frío, pero un frío muy extraño, de repente comenzó a sentir como unas campanitas, como un repicar de cristales o algo similar. Aquello le extrañó y pensó que quizás la lámpara de la entrada tendría alguna lágrima de cristal suelta y provocaría ese ruido, salió fuera y miró hacia arriba, hacía la lámpara, pero no vio nada… Entonces sintió como si alguien hubiera detrás suya, como si alguien la estuviera observando desde las escaleras, como pudo se dio la vuelta y lo que vio la dejó helada… Allí, parado en el rellano había una forma, una persona, camuflado en la penumbra, poco a poco comenzó a descender, llevaba sotana y gafas y bajó sin mediar palabra, con gesto severo, sin inmutarse… Aquella “persona” no había entrado en la casa y sabía que no era de este mundo… Aquel sacerdote fantasma bajó las escaleras y se quedó un rato mirando uno de los cuadros del salón de actos –un lugar que realmente existe, la imagen de una afamada hacienda sevillana en la localidad de Los Palacios- … tras aquello se perdió, desapareció, tras la puerta que camufla las cortinas y desde la que no se va a ninguna parte…
Y es que en esta antigua casa se vienen produciendo fenómenos que inquietan a trabajadores y visitantes, en un edificio emblemático cargado de Historia e historias donde la visión de este sacerdote fantasma ha sobrecogido y asaltado a más de un asombrado testigo, que se le ha podido ver desplazándose por sus estancias y desaparecer ante la incrédula mirada de quién asistía horrorizado a tal aparición.
Otra joven recibía clases en La Alquería, una tarde-noche mientras recogía diversos enseres pudo vivir como unas tijeras se alejaban de su mano impulsada o movidas por unas manos que surgían de la nada, dejemos que ella misma narre su experiencia a nuestro amigo lector y acompañante por esta guía del misterio en Sevilla: ”aquello fue muy fuerte y fue la última vez que estuve allí, me encontraba guardando mis cosas cuando fui a poner las tijeras en el bolso, eché mano pero se movió sola, me pareció una locura y me dije que no habría atinado a ellas , pero cuando volví a quererlas coger se volvieron a mover, aquello ya me dejó muerta, por qué con los bellos de punta vi como una manitas que no surgían de nadie ni de nada movían aquellas tijeras…allí se quedaron, salí corriendo”. Y es que es un testimonio más que nos cuentan como allí se mueven los objetos, se escuchan extraños ruidos y llantos lastimeros o como se encuentran extraños mensajes escritos en la pizarra del hoy aula de escultura del piso superior en el que se esconde un no menos tétrico recinto de revelado fotográfico donde es usual que salten volumétricos, se capten extrañas orbes, las cámaras fotográficas tengan un extraño comportamiento o se hayan captado en diferentes ocasiones las denominadas “voces del más allá” o psicofonías. Incluso personas dotadas de especial sensibilidad han afirmado notar su presencia e incluso recibir los mensajes imperativos de tan exigente morador…
Pero no sólo parece haber una presencia en el recinto… una niña pequeña, de largos tirabuzones y vestidito de época también ha dejado notar su fría y espectral presencia en el edificio… “Era tarde ya y acudí por qué había ruidos en la planta alta, en la habitación de la pizarra… Di una vuelta rápida por el lugar pero no vi nada, sólo al estar a punto de cerrar la puerta de entrada vi algo que me impresionó muchísimo… Fue primero el sonido… era como si alguien golpeara con un palito los barrotes de la escalera, cuando miré hacia arriba allí estaba una niña bajando aquellas escaleras a la vez que golpeaba con un palito los barrotes de la misma… una niña muy guapa de cabello claro y ropa antigua pero limpia y blanca… Aquello era la visión de un fantasma, no podría ser real…” ,así lo narraba otro aterrado testigo entre lágrimas y tensión acumulada a la vez que repetía: “no podía ser de este mundo…allí no había nadie más que yo…”
La intrigante relación con Cecilia Böhl de Faber
Quizás las respuestas habría que buscarlas en el pasado de aquella casa…una casa que fue habitada ,a principios del siglo XX, precisamente por un sacerdote que concuerda con la descripción facilitada por los testigos de las apariciones y que se vincula a la familia Ybarra, un sacerdote con otros intereses que el del propio sacerdocio… Una niña que podría estar vinculada al lugar e incluso no faltan quienes apuntan que podría estar enterrada dentro de la propia casa…donde existe una capilla desacralizada. Y como dato no menos curioso la sentencia de la vinculación a la Alquería del Pilar de la escritora Cecilia Böhl de Faber (Fernán Caballero) quién vivió en Dos Hermanas (de 1822 a 1835) tras contraer matrimonio con el Marqués de Arco Hermoso (tomando aquí inspiración para gran cantidad de cuentos y relatos y, sobre todo, para su obra más destacada, “La familia de Alvareda”, que relata un hecho real sucedido en Dos Hermanas y mantenido en el recuerdo de los viejos del lugar) y sobre la cual se extiende la leyenda de hechos anómalos, paranormales o extraños sucedidos en torno a ella o los lugares que frecuentó teniendo como ejemplo los casos paranormales relacionados a la escritora como su vinculación a la Calle San Luis de Sevilla, la Facultad de Bellas Artes en su panteón de sevillanos ilustres -donde encuentran descanso sus restos- y por último esta significativa Alquería del Pilar que hoy nos llenan de curiosidad, asombro y miedo los fantasmas que en su interior habitan.
La extraña presencia del hospital de Valme
Cerca de la localidad nazarena de Dos Hermanas encontramos el “Hospital de Valme” en Bellavista, un moderno centro sanitario donde su personal se afama cada día en devolver la salud y la sonrisa a aquellos que ocupan sus habitaciones. En este centro hospitalario encontramos una de esas historias que cabalgan, nuevamente, entre la leyenda y la realidad. En este hospital no son pocos lo trabajadores que hablan del fantasma que con ellos convive, pero pocos son los que conocen realmente de quién se trata. Se cuenta que en una de sus planta, en la quinta, se encontraba una paciente sedada y atada a la cama, por miedo a que se hiciera daño o se autolesionara se mantenía así en la habitación con especial vigilancia de las enfermeras de la planta. Curiosamente, pese a estar la paciente atada, el timbre de su habitación no dejaba de reclamar ayuda y asistencia. Raro era el día que aquel timbre no sonaba y sin embargo allí estaba la paciente postrada despertando la curiosidad el personal médico de saber cómo lo hacía… El caso es que ella no hacía nada. Un buen día, cuando fue recobrando su lucidez, alguien le preguntó cómo lograba llamar al timbre estando atada, la paciente contestó: “Yo no soy, es Antonio cuando viene a visitarme”.
El personal pensó que aquella pobre mujer aún seguía mal de la cabeza, en muchas ocasiones se la escuchaba gritar: “¡¡¡Fuera de aquí Antonio, que eres muy pesado!!!”. Un día, el médico de guardia acudió a repetidas llamadas de aquella paciente, siempre la encontraba atada y siempre le contestaba que: “Antonio esta noche esta revoltoso”. Dominado por la curiosidad el médico le preguntó: “¿Quién es Antonio?” y la señora pacientemente le hizo una descripción detallada de aquel señor que llamaba desde el timbre de emergencia de la habitación. Lo más curioso de la descripción fue la indumentaria de paciente con la que fue descrito y su voz como si se le hubiera realizado una traqueotomía…
Con aquellos datos el médico se apresuró en consultar los pacientes atendidos en un pasado en el Hospital llegando al increíble resultado que ese Antonio había sido un paciente del “Valme” al que se le había realizado una traqueotomía y que habría fallecido posteriormente… Ese espectral Antonio curiosamente llamaba al timbre desde la que fue su habitación, la habitación que estando en vida ocupó y cuyo timbre accionaba desde el otro mundo cuando aquella paciente desfallecía.
El tiempo pasó y los fenómenos se trasladaron por el Hospital, hoy día no es raro el encontrarse a un paciente que sube y baja por el ascensor o que al ascensor suba un paciente y no baje jamás… Si se encuentra alguna vez con él sepa que su alma aún permanece encerrada entre las paredes sanitarias del “Hospital de Valme” y seguro que en centros hospitalarios como el “Hospital Virgen del Rocío”, “Hospital Virgen de la Macarena” o el temido “Pabellón Vasco” en Heliópolis guardan espectrales historias esperando ser descubiertas sino lo han sido ya…
El centro de Salud encantado
Nos trasladamos a la Sierra Norte de Sevilla, a la localidad de Guadalcanal. Se encuentra situada a una altitud de 680 metros, encajada en un valle entre las Sierras del Agua y del Viento, en la comarca de la Sierra Norte, y a 110 kilómetros de la capital. Allí hemos de centrar nuestra atención en el Centro de Salud donde, a decir de los testigos, se producen una serie de hechos inquietantes: se escuchan golpes, pasos que nadie provoca y movimiento de objetos.
El clima dentro de aquel lugar no revela nada anormal, pero cuando los testigos se muestran receptivos a hablar cambia el concepto. En este lugar dicen que se viven experiencias inquietantes y que un sacerdote había bendecido el lugar… Pero todo quedaba en el aire, demasiado supeditado al moderno concepto de leyenda urbana.
El servicio de guardia del edificio, tanto médicos como de vigilancia habla de comportamiento extraño de las luces e incluso el escuchar una respiración profunda en aquel lugar, muchas veces lo atribuyen a la sugestión y otras, simplemente, al estrés que le provoca el constante estado de alerta sanitaria.
María “la del miedo” tiene una interesante experiencia que narrar pues dice haber notado la presencia de un “fraile” fantasmagórico en torno a ella junto con algunos fenómenos sonoros y de forma extrema el sentir golpes y pellizcos que dejaron una huella física en su piel. María “la del miedo” decidió vender su casa pero el tormento seguía. Según la testigo algo la impulsaba a buscar un pasadizo entre el viejo cementerio y su hogar… Tiempo después, sobre aquella casa encantada se construyó el edificio que hoy ocupa el Centro de Salud de Guadalcanal. ¿Leyenda urbana o realidad? Curiosamente aquella ubicación sobre la que se construía la casa perteneció al antiguo Hospital de la Caridad, anejo a una derruida iglesia, y el cual se comunicaba con éste a través un túnel con el cementerio de la localidad.
El médico local había vivido, en 1976, en el edificio y las extrañas presencias no eran ajenas a las experiencias que él había vivido en aquel lugar. Sentía respiraciones, crujido, ruidos extraños y el culmen fue el escuchar perfectamente los pasos de alguien que subía hacia la planta de arriba y encaminaba su presencia al piso superior, pero aquellas pisadas nos las provocaba nadie…
Otros testigos manifestaron haber visto objetos desplazarse o cuadros girarse… Solos, movidos por unas manos invisibles. Incluso personas dotadas de cierta sensibilidad hablaban de la presencia de los espectros de una monja y un niño…
Cierto o no parece que los que han tenido la oportunidad de vivir este tipo de fenómenos abogan por que en el lugar ocurre ciertamente “cosas extrañas, más cerca del otro mundo que de éste” como me comentaba un familiar natural de esta magnífica localidad que es Guadalcanal.