LAS POLÉMICAS CARAS DE BÉLMEZ
Por: Jose Manuel García Bautista
Se encontraba asando pimientos en la cocina de su casa, en una pequeña localidad en plena Sierra Magina en Jaén, en Bélmez de la Moraleda, cuando de repente, en el suelo, le pareció ver lo que parecía una cara, un rostro en el frío cemento que parecía mirarla.
Se iban a convertir en los rostros espectrales, las teleplastias únicas, más famosas del mundo. Rostros espectrales en el número 5 de la calle Real de Belmez -hoy llamada calle María Gómez- y que son el evento paranormal más representativo de España-.
Fue en el caluroso mes de Agosto de 1971 cuando tuvo lugar ese encuentro con lo imposible. Apenas unos meses después, en Noviembre de 1971, María Gómez Cámara y las caras saltaban a la luz pública a través de diferentes periódicos como “El Ideal” de Granada o el diario “Pueblo”.
Pero no todo fueron parabienes y grandes palabras de investigadores de lo paranormal como Germán de Argumosa o el germano Hans Bender. tan sólo seis meses después el periódico “El Ideal” publicaba los resultados de unos análisis en los que se afirmaba que las caras habían sido dibujadas con nitrato y cloruro de plata.
Ramos Perera, presidente de la Sociedad Española de Parapsicología, dijo que las pruebas con infrarrojo en la primera de las caras revelaron que contenían pigmentos, parecía refrendar el primer análisis que abogaba por el fraude.
El Ministerio de Gobernación crea una comisión de estudio que dictaminó que eran un fraude, el CSIC aseguraba que la teleplastia denominada como “La Pelona” correspondía a una suela de zapato de la talla 39.
Los investigadores y periodistas Iker Jiménez y Luis Mariano Fernández realizaron un trabajo que se vio publicado bajo el nombre “Tumbas sin nombre” en el que se afirmaba que los rostros pertenecían a familiares de María Gómez que murieron durante la Guerra Civil en el asedio al Santurario de la Virgen de la Cabeza.
Sobre aquel trabajo se discutió mucho, sobre todo por unas imágenes manipuladas para forzar las coincidencias con las caras de la casa.
Un estudio del Instituto de Cerámica y Vidrio, reveló que había zinc, plomo y cromo -usados en la fabricación de pinturas-, en las caras y ello era una muestra de su origen fraudulento.
¿Como podía explicarse la formación de la caras en la cocina de María Gómez Cámara? Según el periodista de “El Mundo” Javier Cavanilles y el investigador Francisco Mañez todo sería un timo para ganar dinero, sobre todo a nivel turístico y de “merchandising” de las Caras de Bélmez.
En el año 2004, al fallecer María Gómez, hubo un grupo de investigadores parapsicológicos afirmó que en la casa donde había nacido María, en C/Cervantes, habían surgido nuevas caras. Al parecer estas últimas eran un fraude logrado al mojar el suelo y, “antes de que se seque, se buscan formas en las manchas de agua y se repasan los rasgos con agua, aceite y vinagre” según Cavanilles y Mañez.
Nuevamente Javier Cavanilles investiga el interés del ayuntamiento de Bélmez de la Moraleda en adquirir la casa donde aparecieron las caras y crear un Centro de Interpretación, al fin y al cabo era el lugar por el que se conocía al pueblo en todo el mundo.
Pero surgió un escollo insalvable:el precio puesto a la casa superaba los 600.000 euros, cuando su valor real era sólo de 84.000 euros.
Cavanilles y Máñez publicaron todo este trabajo en el libro “Los caras de Bélmez” tildando el fenómeno de “ridículo, divertido, curioso, cutre” y “una típica trola de colegio”.
Para otros sólo es una guerra entre investigadores del misterio teniendo como fruto de las disputas a la casa de las Caras de Bélmez, para unos un fraude, para otros una realidad, sea como fuere su misterio aún perdura.