La vieja mansión encantada de Sevilla
Decidí hacer una investigación, la casa había cambiado de dueños y al nuevo le estaban sucediendo “cosas extrañas” –me decía-. “Tienes las llaves y todo el tiempo que quieras antes de mudarnos, como tenga un fantasma la vuelvo a vender, a mi me han pasado ya una serie de detallitos que me han puesto los pelos de punta. Allí te atenderá mi madre”.
Cuando llegué a la casa me recibió una mujer mayor que me mostró la casa que era impresionante, con techos altos, grandes ventanales y hermosos muebles antiguos. Todo parecía tranquilo y en orden, pero había un ambiente tenso. Quién ha vivido una situación similar sabe a qué me refiero.
Después de la “visita guiada”, la mujer me preguntó si quería quedarme a dormir en la casa esa noche. Me dijo que la habitación donde se cometió el asesinato estaba arriba y que su hijo le había dicho que sería donde me centraría. A pesar de que estaba un poco nervioso acepte quedarme allí.
Me dirigí a la habitación encantada, era grande, con una cama antigua y una decoración rústica. La puerta se cerró detrás de mí y me encontré solo en la habitación. Distribuí los equipos, ordenador, grabadoras…
Curiosamente cuando los equipos de EMF saltaron comencé a sentir una presencia extraña en la habitación. La temperatura bajó de repente y sentí un escalofrío por mi espalda. Escuché ruidos extraños en la habitación, como si alguien estuviera caminando por la casa. Por mucho que miré no encontré nada fuera de lo normal. La casa estaba en silencio y nadie parecía estar despierto.
Empecé a sentir que algo me estaba observando, como si alguien o algo estuviera mirándome fijamente desde algún rincón oculto de la habitación… No podía evitar sentirme incómodo.
De repente, escuché un ruido fuerte en la habitación. Parecía como si alguien hubiera golpeado un objeto con fuerza. Miré a mí alrededor, pero no pude encontrar la fuente del ruido.
Pasó esa noche y, desde luego, fue “movidita”. Así que me reuní con el nuevo dueño que me dijo: “yo vi algo extraño en la esquina de la habitación, sentí lo mismo que tu pero vi una figura oscura, casi transparente, se movía lentamente hacia mí. Era una sombra, pero parecía tener vida propia. Me quedé paralizado por el miedo, mientras la figura se acercaba cada vez más a la cama.
De repente, la figura desapareció y la habitación volvió a estar en silencio. Me di cuenta de que estaba temblando de miedo y decidí salir de la habitación. Cuando abrí la puerta mi madre me preguntó si todo estaba bien y noté que tenía una mirada preocupada en su rostro. Le conté lo que había sucedido y ella parecía entender lo que estaba pasando. Me dijo que la habitación donde me había quedado pasaba cosas raras. Ella la conocía desde pequeña. El comprar esa casa es porque a mi madre siempre le gustó.
Le pregunté si sabía algo sobre el asesinato que se había cometido en la habitación, pero ella solo me dijo que era un tema delicado y que prefería no hablar sobre ello. Decidí pasar el resto de la noche en otra habitación, alejado de la habitación maldita. A pesar de que la habitación era más tranquila, no pude evitar sentirme inquieto. La experiencia en la habitación me había dejado una marca profunda y no podía sacármela de la cabeza”.
Después de mi propia experiencia en la mansión sevillana comencé a investigar más sobre la historia de la casa y el supuesto asesinato que se había cometido allí. Descubrí que la casa había sido propiedad de una familia adinerada en el siglo XVIII y que habían ocurrido varios eventos trágicos en ella. Del asesinato poco, tal sólo, a modo de rumor, que había sido el resultado de una disputa familiar.
La historia de la casa era interesante y sirvió para saber cómo en un lugar donde la violencia y la muerte habían ocurrido pueden darse esas manifestaciones de energías que todavía estaban presentes en la casa.
El nuevo dueño me decía: “La experiencia me dejó una impresión muy fuerte. Me hizo creer en lo paranormal y en la posibilidad de que los fantasmas y las energías negativas puedan habitar en los lugares donde han ocurrido hechos trágicos”.