Hay en Sevilla múltiples lugares que están encantados, allá donde se manifiesta lo paranormal, lo imposible, siempre a decir de los testigos. Uno de ellos es la vieja cárcel de Sevilla.
Por: Jose Manuel García Bautista
Algunos de esos edificios son históricos, otros llaman la atención por los sucesos que se narran pese a llevar mucho tiempo derribados o, incluso, que se ha construido sobre ellos. Es el misterio, aquellos que muchos buscan e investigan y, en ocasiones, tiene como protagonistas a aquellos que nosotros llamamos «testigos de élite».
Esos testigos son parte de las fuerzas de seguridad del Estado, policías locales que, actualmente, son parte del equipo de la comisaría de Policía con sede en la antigua cárcel de Sevilla, la que fuera Prisión Provincial de «La Ranilla», allá donde ocurren hechos que son del todo punto inexplicable para los que han vivido sucesos que se escapan a su comprensión.
Así, en una reciente reunión que tuve -informal- con algunos de ellos me comenzaron a contar sus experiencias. No permitieron -por razones obvias de su puesto y responsabilidad- que se grabara o que se faciliten nombres pero el testimonio está ahí y su identificación -para mí, es conocida-. En esa reunión me narraban: «En una ocasión llegué de patrulla, y fue al baño. Al entrar ya noté que hacía un frío enorme, pero luego cuando salí me vi a una sombra enorme delante mía, una silueta, un bulto oscuro, mira, me asusté mucho y salí de allí asustado. No lo conté a nadie pero luego he sabido que hay compañeros que han tenido la misma experiencia u otras».
Investigación: el fantasma de la cárcel de la «Ranilla»
Otro compañero me decía: «En la zona del patio yo he escuchado cosas por la noche que no te creerías, como gritos, como alaridos, vamos que si me das una grabadora la pongo y te la doy a la mañana siguiente. Un día hasta salí para ver qué pasaba. Llamé a un compañero y también lo escuchaba. Llegamos a salir a ver pero nada, aquello en calma y el parque, a determinadas horas se cierra, así que desconcierta mucho» comentaba otro testigo.
Un testimonio inquietante fue el que me narró otro agente: «Serían las 2 de la mañana y sentí un ruido en la sala, fui a ver, aunque no había nadie nunca es imposible que hay un compañero al que no has visto. Al entrar noté mucho frío y entonces me sentí observado, fue cuando sentí una voz que dijo «Carcelero» y me quedé mirando a todos lados, entonces, a una distancia de cinco metros vi una sombra pasar delante mía, perfectamente».
Tengo testimonios de otras personas, civiles, que estando en el parque han sentido presencias, o «unas manos que me tocaban el hombro» decía Ángeles Marín. «Fue una tarde que estábamos allí, hacía buen tiempo aún y fue cuando nos pasó eso, digo nos pasó por que mi amiga también sintió mucho frío y su perro se puso a ladrar a la nada, fue impresionante».
Investigación: el fantasma de la cárcel de la «Ranilla»
«Mi hija, en una ocasión, me dijo que veía a un señor allí con muy mal aspecto, decía que estaba triste, pero por mucho que mirábamos no veíamos a nadie. Nos dio mucho miedo porque era «alguien» que sólo veía ella, como un fantasmas, dicen que los niños tienen mucha sensibilidad para eso» relataba Cristina Parra.
Historia de la «Ranilla»
La Prisión Provincial de Sevilla, la «Ranilla» sustituyó a la cárcel de El Pópulo, en 1887, no siendo un penal hasta que se inauguró en 1933, el 15 de mayo de ese año. Durante la Guerra Civil estuvo masificada donde el número de presos aumentaba por día y estaban en malas condiciones y hacinados.
De una ocupación media de 350 reclusos se pasó a 1438 aunque el número subiría en la posguerra. Fue ejemplo de la represión en aquella época donde había muchos presos políticos encarcelados por ideas contrarias a la dictadura en España.
«Los datos facilitados por el director de la prisión de la época apuntan que 1.039 presos saldrían de la cárcel, de los que al menos un tercio fueron ejecutados a través de Bando de Guerra, y hasta febrero de 1937» se apunta desde la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía.
Investigación: el fantasma de la cárcel de la «Ranilla»
Torturas y malos tratos
En la «Ranilla» se cometieron todo tipo de tropelías contra los reclusos a los que no se dudaba en torturar además de no tener un punto discriminatorio con aquellos que tenían enfermedades o que se potenciaban en su interior como, por ejemplo, el tifus. Las condiciones higiénicas eran deplorables y se dieron plagas de «piojo verde» que aún originaron más enfermedades.
Entre 1836 y 1954 murieron en su interior 489 presos y otros se suicidaron al no soportar una de las cárceles más duras de España y más desconocidas en este sentido.
Igualmente había una parte de mujeres igualmente maltratadas donde se albergaban, sobre todo, aquellas que practicaban el estraperlo allá donde reinaban las cartillas de racionamiento. Muchas de ellas serían fusiladas.
Investigación: el fantasma de la cárcel de la «Ranilla»
Los trabajos forzados, la mano de obra obligatoria se tenía fácil en esta cárcel donde se hacía calzado militar o ropa, siendo las mujeres las que se ocupaban de ello. Los presos trabajaban en el denominado como Canal de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, o popularmente llamado «Canal de los Presos», donde también se ha informado de fenómenos paranormales. Yo investigador de estos temas ya informé de ello en 2014 y años sucesivos.
Como posibilidad se habla de un viejo preso, un represaliado político –en este artículo no se pretende hablar de política- que se llamaba Antonio (omitimos apellido) y que siempre reclamaba la atención del “carcelero”. ¿Casualidad?
La cárcel cerró sus puertas a finales del año 2004 y demolida posteriormente salvándose sólo la portada principal. Es posible que todo lo que ocurre hoy en su interior se deba a los años en los que operó como prisión y muchos sufrieron -hasta morir- dentro de ella. Los fantasmas del pasado que se manifiestan en el presente.