LA MISTERIOSA DESAPARICIÓN DE ISIDORO ARIAS

Por: Jose Manuel García Bautista

Uno de los casos que más me impactó de los sucesos que pueden darse en la mar fue la desaparición de Isidoro Arias, sobre todo por que en sus últimas comunicaciones afirmó ver extraños seres que subían a bordo de su embarcación. Cierto o no, la verdad es que las circunstancias por las que atravesaba el marino hacen pensar que su estado de salud no era el mejor y que ello le estaba pasando factura.

Así lo narraba el periodista J. M. Camacho de Málaga del diario ABC de la capital de la Costa del Sol.

“El barco de vela del regatista malagueño Isidoro Arias, que había desaparecido hace 38 días a 600 millas de la isla británica de Santa Elena cuando intentaba completar una vuelta al mundo, fue localizado en la madrugada de ayer sin su único tripulante por un pesquero en las cercanías del Golfo de Guinea, según confirmaron fuentes del Ministerio de Fomento. El «Islero», un Swan 44, fue trasladado al puerto de Abidjan, en Costa de Marfil, adonde acudió el cónsul español para inspeccionarlo. Aunque se encontraba en su interior toda la documentación, «no había rastro de su único tripulante», según el Departamento que dirige Francisco Álvarez-Cascos.

Desde que se informó de la desaparición a Salvamento Marítimo, dependiente de Fomento, las autoridades españolas «han actuado para conseguir que varios países del Atlántico Sur desarrollaran las acciones oportunas para la localización en sus zonas de responsabilidad de salvamento, de acuerdo con la normativa internacional para la búsqueda en el mar». Las naciones que han colaborado en la búsqueda son Brasil, Sudáfrica, Senegal, Cabo Verde y Reino Unido, según la nota informativa difundida por Fomento.

Síntomas de malaria

En las últimas comunicaciones, el navegante, que había zarpado del Puerto de Benalmádena el 28 de octubre de 2001 y se perdió cuando casi había alzando la meta, presentaba síntomas de sufrir una posible malaria en estado avanzado que le llevaba a una confusión mental y a una desorientación extrema, así como alucinaciones propias de la sintomatología del paludismo. En concreto aseguraba ver brujas y humanoides de las que se tenía que proteger encerrándose en el camarote. Fue entonces cuando pidió ayuda a la familia y se perdió todo tipo de comunicación con él tras un año, cinco meses y doce días de viaje, y 28.000 millas recorridas, momento en el que se alertó a las autoridades del Centro Nacional de Salvamento Marítimo (CNCS), que activó la alarma internacional.

La familia de Arias recibió la noticia con angustia y anunció su deseo de viajar cuanto antes a Costa de Marfil, aunque ayer tenían problemas para conseguir el visado. El hijo de Isidoro, Mario, también experto regatista, aseguró a Efe que está pendiente de contactar con el cónsul de Costa de Marfil y con las personas que viajaban en el pesquero que localizó la embarcación para recabar más datos. Mario fue breve al explicar que estaba muy ocupado en la búsqueda de mayores detalles sobre el caso.

Nacido en Málaga, Isidoro Arias, un empresario de éxito, piloto de avión y patrón de barco, ha dedicado gran parte de su vida a los deportes de riesgo y aventura. Comenzó en el mundo de la náutica a principios de los años 60 iniciándose en lanchas motoras. Según explicó, decidió comenzar su aventura, entre otras razones, para dar a conocer Andalucía en todo el mundo. De hecho, uno de los principales patrocinadores de la travesía es la Junta.

Desde el momento de la desaparición, su familia se movilizó para presionar al Gobierno español con el objetivo de que dedicase más medios a la búsqueda, y en este sentido desde la página web en la que se podían seguir las peripecias de este navegante solitario se pedía ayuda ciudadana. En concreto, se solicitaba el envío de faxes y e-mail a organismos públicos a fin de conseguir que en los trabajos de rastreo se utilizasen medios aéreos como un avión P-3 Orion del Ejército”.