EL EXPERIMENTO FILADELFIA, ENTRE LA LEYENDA Y LA REALIDAD
Por: Jose Manuel García Bautista
¿Qué sucedió realmente en el astillero naval de Filadelfia el 28 de octubre de 1943? ¿Es cierto que una prueba militar provocó la desaparición del destructor USS Eldridge y su reaparición, con horribles secuelas, a 600 kilómetros?
Es una de las historias más seductoras del mundo del misterio, lo combina todo: un proyecto secreto, época de la IIª. Guerra Mundial, la lucha encarnizada contra Alemania y Japón, científicos experimentando nuevas armas, un buque de guerra… Tuvo como escenario los astilleros navales del Filadelfia y se le ubicaría, aproximadamente, sobre el 28 de Octubre de 1943, aquel día se iba a realizar una experiencia de invisibilidad al radar… El resultado: juzguen ustedes mismos.
Se enmarcaba dentro del denominado proyecto Arco iris y para mucho no deja de ser una invención en tiempos de guerra, sin embargo, en esta como en otras historias, hay todo un coleccionable de relatos que merece la pena analizar.
Todo comenzó cuando el Dr. Franklin Reno formuló a la Marina de Estados Unidos la posibilidad de hacer un barco que fuera invisible al radar (que no a los ojos humanos). Todo estaría basado en la teoría de Albert Einstein sobre la Relatividad y su teoría unificada o de Campo unificado, de la relación entre electromagnetismo y gravedad, todo ello bajo el concepto energía. Así se pretendía que el buque elegido para el experimento fuera envuelto por un anillo electromagnético y este haría que el radar no pudiera localizarlo.
El USS Eldridge o DE-173 sería el destructor elegido para esta particular misión. Las pruebas con los equipos y el propio equipamiento del barco comenzó en el Verano de 1943. La primera prueba se realizó el 22 de Julio de 1943, se accionaron los generadores y una neblina verdosa envolvió al barco que comenzó a desaparecer ante el radar (simplemente) de los observadores militares que presenciaban la práctica sobre la invisibilidad.
Los efectos sobre la tripulación fueron simplemente de mareos y náuseas. Se decidió aplicar más potencia a los generadores y realizar una nueva experiencia el 28 de Octubre del mismo año. En esta ocasión el destructor fue envuelto en esa misma neblina verdosa y un relámpago azul lo atravesó, el buque desapareció de la vista de todos apareciendo en Norfolk (Virginia) a 600 kilómetros de Filadelfia, donde muchos testigos afirmaron haber visto aparecer al USS Eldridge, emprendiendo así un viaje de teletransportación accidental que ni los mismo científicos llegaban a entender.
Los efectos sobre la tripulación fueron inmediatos: cayeron enfermos, sufrieron enfermedades mentales, a otros se les declaró esquizofrénicos… Pero los que más lo padecieron fueron aquellos que desaparecieron, o sufrían desmaterializaciones espontáneas o simplemente se fusionaron con el casco del buque de forma horrible… Una historia que parece más de ciencia ficción que real.
Sin embargo en 1955 el astrónomo y científico a la vez que escritor Morris K. Jessup publicó un curioso libro llamado El Caso de los OVNIs (The Case for the UFO). En esta obra Jessup hablaba del presunto sistema de propulsión de los objetos voladores no identificados, de la antigravedad, del electromagnetismo, etc… Un año después, en 1956 (13 de Enero) comenzaría a recibir cartas de alguien llamado Carl Allen o Carlos Miguel Allende, que –supuestamente– habría sido testigo del experimento y desaparición del USS Eldridge desde la cubierta del barco donde estaba enrolado, el SS Andrew Furuteh.
Así se lo narró: «A unas pocas millas del muelle, uno de los hombres de civil que estaba en la timonera ordenó por la radio al comandante del crucero que encendiera los generadores. Entonces, alrededor del crucero comenzó a fluir con gran fuerza un singular campo de energía, perfectamente visible, que giraba en torno de la nave en sentido contrario a las agujas del reloj.
Vi que el aire que rodeaba al barco se volvía un poco más oscuro que el resto de la atmósfera. A los pocos minutos vi levantarse del agua una bruma verdosa, similar a una nube muy tenue. De pronto, el barco desapareció completamente y nosotros experimentamos una gran sacudida. Varios de nuestros hombres se desmayaron y a muchos comenzó a salirles sangre de la nariz. En pocos segundos el flamante barco de guerra ya no estaba en su sitio, pero en la superficie del mar podía verse claramente la marca de su peso al desplazar el agua. Sencillamente se había hecho invisible y no quedaban rastros ni de él ni de los hombres que iban a bordo. Antes de que se esfumara del todo vi que uno o dos marineros que estaban en estribor se desintegraban por completo. Todo comenzó con un desagradable zumbido, que fue aumentando de volumen hasta convertirse en un silbido inaguantable, que culminó en una violenta explosión. En el puente en donde yo estaba reinaba una confusión absoluta y las órdenes se sucedían unas tras otras. Uno de los civiles, el que parecía estar al mando de todo, gritó por la radio que apagaran los generadores.
Cuando miré hacia tierra, vi que dos hombres desaparecían mientras corrían aterrados. Yo no sabía qué hacer, pues en ese momento no comprendía lo que estaba pasando. Habían transcurrido unos pocos minutos cuando aquella bruma verdusca comenzó a dispersarse y sin zumbidos ni manifestación alguna que lo anunciase, el crucero comenzó a materializarse de nuevo, desde la popa a la proa, como había ocurrido en el instante en que se hizo invisible. Pude observar que los hombres que estaban en cubierta sufrían fuertes convulsiones; más tarde supe que varios habían desaparecido y que nunca más se volvió a saber de ellos. Ese instante repercutió negativamente en la mayoría de quienes estuvieron involucrados en ese experimento y muchos perdieron la razón, padecieron alucinaciones o sufrieron horribles dolores y enfermedades.
A mí también me afecto ese campo eléctrico que se formó en torno de la nave cayó también sobre una parte de nuestro barco. Era como una lámina de electricidad pura. La corriente tenía tanta potencia que casi me hizo perder el equilibrio. Por suerte no quedó con todo el cuerpo dentro de esa corriente, pues de haberlo hecho me hubiese tirado sobre la cubierta. Sólo alcanzó a tocarme el brazo derecho, y era tan denso ese campo que me dio un gran golpe y todo el costado me quedó dolorido. Aún me pregunto por qué no fui electrocutado por esa lámina de electricidad. Supongo que fue porque yo tenía las botas de goma puestas, como el resto de la tripulación, por orden de los ofíciales superiores.
Fue un momento horrible, y sólo mucho más tarde me di cuenta de que aquel día la ciencia había dado un gran paso, y que la Marina, temerosa de las consecuencias de un experimento que había salido de control y matado a varias personas, trató de ocultar por todos los medios».
La relación epistolar entre ambos se prologaría durante unos años más aportando datos de interés, sin embargo en la primavera de 1957 la Oficina de Investigación Naval de Estados Unidos (ONR) pidió a Morris K. Jessup su colaboración en el análisis de una obra muy especial: El Caso de los OVNIs. En aquel libro se hacían apuntes, en los márgenes, sobre las hipótesis de Jessup, sobre su conocimiento de la experiencia en Filadelfia, del contacto con Carl Allen. Anotaciones realizadas –presuntamente– por tres personas diferentes… Aquello añadía más misterio al asunto.
Un revés vino a truncar todo el enigma del USS Eldridge, en 1959 Morris K. Jessup apareció muerto en su coche… Se había suicidado. Para unos los temidos MiB u Hombres de Negro habrían acabado con su vida, para otros una fuerte depresión, la separación de su esposa y la no publicación de su nuevo libro lo sumieron en un estado de desesperación que acabó con su muerte…
De Carlos Miguel Allende (o Carl Allen) poco se sabe. Nacido en Springdale (Pennsylvania) en 1925, se alistó en la Marina de los Estados Unidos el 14 de Julio de 1942, y se licenció el 21 de Mayo de 1943. En ese mismo año, 1943, entró en la marina mercante, que dejó en octubre de 1952, y se le pierde la pista… Salvo por la relación epistolar con Jessup.
Las cartas de Allende a Jessup sobre el Experimento Filadelfia no dejan de ser sorprendentes, sobre una historia sorprendente donde se ponen de manifiesto unos conocimientos igualmente sorprendentes… Revisemos alguna de ellas.
Primera carta (1956)
Estimado doctor Jessup: Su invocación al público para que se mueva en masa sobre sus representantes y haya así suficiente presión colocada en un correcto y suficiente número de lugares donde pueda ser aprobada una ley para que la Teoría del Campo Unificado del doctor Albert Einstein (1925-27) sea puesta en práctica no es nada necesaria.
Se usaron los «resultados» de mi amigo Dr. Franklin Reno… Los resultados fueron y son hoy prueba de que la Teoría del Campo Unificado hasta cierto punto es correcta… El «resultado» fue la completa invisibilidad de un barco, tipo destructor, y toda su tripulación. Estaba navegando. (Oct. 1943). El Campo fue efectivo en una forma esferoidal oblata que se extendía cien yardas (más o menos, debido a la posición lunar y latitud) fuera de cada lado del barco. Cualquier persona dentro de esa esfera se volvía de forma vaga pero él también observó a esas personas a bordo de ese barco como si ellas también estuvieran en el mismo estado y sin embargo estuvieran andando sobre nada. Cualquier persona fuera de esa esfera no podía ver nada, salvo la forma claramente definida del casco del barco en el agua…
Quedan muy pocos de la tripulación experimental original ahora, Señor. La mayoría enloqueció, uno salió a través de la pared de su alojamiento a la vista de su mujer e hijo y otros 2 miembros de la tripulación (no volvió a ser visto), dos «se fueron al Fuego» osea se inmovilizaron y se incendiaron mientras llevaban unas brújulas comunes… (ardieron 18 días)… El experimento fue un éxito completo. Los hombres fueron fracasos completos.
Revise periódicos de Filadelfia buscando un parrafito (parte superior de la hoja, interior del periódico cerca del tercio final del periódico, 1944-46 en primavera u otoño o invierno, no en verano) de una noticia describiendo las acciones de los marineros después de su viaje inicial. Asaltaron un local en el astillero de la Marina «Gin Mill» o «Beer Joint» y causaron tanta conmoción y parálisis de las camareras que poco de comprensible se les pudo sacar, que el párrafo y el que lo escribió no lo cree, y dice «Sólo escribí lo que oí y esas mujeres están locas…».
Le pido que haga éste poco de investigación sólo para que se trague la lengua cuando recuerde lo que «pidió que se haga ley».
Muy irrespetuosamente suyo, Carl M. Allen
P.S. Ayudaré más si usted ve que puedo. (Z416175)
Segunda carta (algunos días después)
Quiero mencionar que de algún modo también el Barco Experimental desapareció del muelle de Filadelfia y muy pocos minutos después apareció en otro muelle en Norfolk, Newport News, en la zona de Portsmouth. Éste fue señalado y claramente identificado como el lugar pero entonces el barco, de nuevo desapareció y volvió a su muelle de Filadelfia en sólo unos pocos minutos o menos. Esto también fue notado en los periódicos. Pero he olvidado en qué periódico lo leí o cuándo pasó. Probablemente al final de los experimentos. Podría haber sido en 1956, después de que terminaran los experimentos, no lo puedo decir con seguridad.
Muy sinceramente,
Carl M. Allen
Estimado señor Jessup:
Me pide lo que es equivalente a pruebas positivas de algo que sólo la duplicación de los dispositivos que produjeron «éste fenómeno» podrían darle… Nunca podré satisfacer esa actitud… Puedo ser de alguna ayuda positiva para usted en mí mismo pero para hacerlo requeriría un Hipnotizador, Pentotal Sódico, un grabador y una excelente dactilógrafa para producir material de valor para usted…
Soy un contemplador de las estrellas Sr. Jessup. No lo disimulo y el hecho de que… estoy seguro de que el hombre irá adonde ahora sueña con estar… hacia las estrellas vía la forma de transporte con que tropezó accidentalmente la Marina (para consternación suya) cuando su barco exp. despegó y apareció un minuto después más o menos a varios cientos de millas marinas de distancias… Quizás la Marina ya haya usado éste accidente de transporte para construir sus OVNIS. Eso es un avance desde todos los puntos de vista. ¿A usted qué le parece?
Muy respetuosamente, Carl Allen.
Del USS Eldridge tras aquella experiencia se sabe que el 15 de enero de 1951 fue transferido a Grecia por los acuerdos del programa de asistencia a la defensa mutua, allí se rebautizó como Leon (D-54), siendo dado de baja por la Marina griega el 5 de Noviembre de 1992 y desguazado para chatarra a V&J Scrapmetal Trading Ltd el 11 de Noviembre de 1999.
En torno a este pretendido Experimento Filadelfia hay mucha leyenda y poca realidad… De nuevo la pluma hábil de Charles Berlitz popularizó este misterioso (¿o no?) suceso ayudado por un desinformador del fenómeno OVNI como William Moore. En su libro y en su narración vuelve a haber muchos hechos que nos llenan de dudas sobre todo porque de ser cierta toda esta historia hoy día esa misma tecnología se estaría aplicando y sin embargo es un paso que el hombre no ha dado aún.