La gran Historia de la hermandad del barrio de los toreros también esconde muchos misterios y hasta la aparición, desde el otro lado de la muerte, de alguien muy querido en la iglesia.
Reconozco que cuando habla de hermandades e iglesias y hechos paranormales en su interior lo hago desde el máximo respecto, contemplándolo como algo normal máxime cuando estamos en una ciudad con muchos siglos -milenios de Historia-. Ello no es óbice para que no desconozca muchos de esos nuevos fenómenos que vienen a ocurrir y que, en ocasiones, me descubren personas próximas al barrio o la hermandad.
Es el caso de San Bernardo, de su iglesia pues, en una ocasión hace ya cuatro años, en el trascurso de una ruta, alguien me dijo: «¿No vas a hablar del fantasma de la iglesia, de don José?», yo me encogí de hombros y mi cara de póker creo que lo decía todo.
Testimonios de lo imposible
De esa forma aquellas dos chicas me dijeron:
«Es conocido por muchas personas de la iglesia y de la hermandad, sobre todo lo la iglesia pues hay hermanos que sólo vienen para ese día pero vaya que pasan cosas. Cuando sale la hermandad, el Miércoles Santo, se ha podido ver a don José sentado en los bancos de delante, además si te vas a esa ventana con tus equipos podrás captar algo pues ahí está«.
Lo curioso es que no es sólo un comentario el que, en todo este tiempo, me ha llegado sobre ello sino que son muchos los hermanos de San Bernardo y los feligreses que me lo han estado refiriendo en todo este tiempo. Sinceramente no sé si don José está allí o no -en un sentido espiritual- pero si es bello pensar que se quedó, para siempre, donde más vínculos emocionales y sentimentales tuvo.
El espectro de San Bernardo
Tengo mi especial experiencia cuando don José vivía pues, en una ocasión, me citó para investigar unos golpes en el interior de la iglesia. Me llevó tras el altar, en la sacristía y me enseñó una lápida en el suelo, junto a mi cuñado, me dijo:
«De ahí es de donde vienen los sonidos, unos porrazos como si llamaran, ¿qué puedes hacer?». Con su permiso grabé una sesión de psicofonías que, en esta ocasión, resultó infructuosa pero que me llamó la atención ese beneplácito a investigar.
Accedí a otros testimonios Jesús S. me decía que «allí en el interior de la iglesia, en aquel túnel, comencé a escuchar un sonido extraño, era como si alguien golpeara, diera golpeteos contra algo, me moví ya que me llamaba la atención, hasta que pude ubicar el sonido, no se trataba de ningún animal ni de nada que lo explicase si no que era de un sonido extraño que salía de una losa del piso de la iglesia… Extrañado me salí fuera y un chico, José Antonio Criado, me dijo: ‘tú también lo has escuchado ¿verdad?, pues por las noches es peor e incluso alguna vez he escuchado como un lamento… Ahí hay una cripta y dentro pues…’ y con ese relato pues llamé a un amigo mío que investiga estas cosas y nos llegamos a la iglesia, allí grabamos alguna psicofonía pero había gente y podrían ser voces de persona que se habían colado, así que lo mejor sería ir a ver a don José, el cura de la iglesia, un hombre ya mayor y pedirle permiso para bajar allí abajo. Lo esperamos más de una hora en el patio de la casa y al salir nos escuchó atentamente diciéndonos que «Nuestro señor resucitó a los tres días»… Nada más. Una persona que lo asiste nos acabó de atender y nos dijo que bajar era imposible ya que la loza era pesada y estaba rota y bajar para investigar estas cosas pues no entraban en la mente de aquel cura».
Fenómenos extraños, ruidos imposibles, en San Bernardo y la visión de una persona que dejó allí una parte de su alma.