Era un amigo en la red social Twitter, EdmundoDantes -como el conde de Montecristo- el que subía una imagen y hacía una pregunta: «¿En qué calle está?» y mostraba, en una fechada, una careta y un corazón, como mudo testigo de un mensaje que no se logra comprender si no sabemos el punto de la ciudad donde nos encontramos.
Se trata de la calle Amor de Dios, en pleno centro de Sevilla, en la confluencia con Javier Lasso de la Vega y que corre paralela a la también populosa Trajano y que nos lleva al entorno de la Alameda de Hércules.
En esta zona estaba, en tiempos de los Reyes Católicos, el oficio de los pellejeros que se dedicaban a curtir las «botas», el pellejo de las botas de vino. Este tipo de calles donde se ubicaban los oficios pasó a dar denominación a las mismas, como la calle Pajaritos que, antaño, era «Impresores», por ejemplo.
En el siglo XV se ubica en esta calle el hospital de Amor de Dios y la permanencia de este en la calle sería el que daría el nombre a la misma.
Como notas destacadas hay que decir que en el número seis se encontraba la cala de la familia Ortiz de Zúñiga, en el siglo XVII y que sería, con posterioridad, a la marquesa de Nervión que donó a la Cruz Roja Española. Se trata de una casa de dos plantas con un patio porticado donde también hay un punto de intenso misterio.
Había otro hospital en la calle que permaneció en activo hasta el siglo XIX, hasta 1837 y, posteriormente se dedicó a otras tareas y, en la actualidad, en la actualidad es el Instituto «San Isidoro».
Casi frente al hotel Corregidor, en la fachada, encontramos una máscara y un corazón, como en bronce. ¿Sabe que significa?
La máscara simboliza la presencia de Dios y el corazón es el Amor, de ahí el «Amor de Dios» que no puede ser más bella y más acertado tener esta representación simbólica en un punto que pasa inadvertido pero que nos recuerda el origen desconocido de muchas de nuestras calles que tienen y reflejan la Historia de la propia ciudad.