LA CASA DE LA SOMBRA DE NADIE
El misterio, los casos paranormales, los sucesos imposibles, no atienden a horarios, no tienen reloj, no puede preverse y mucho menos saber a la naturaleza que obedecen cuando se manifiestan, no pueden ser tasados, medidos o pesados y ese es uno de los principales puntos que los investigadores de lo paranormal tratan de captar y demostrar.
Por: Jose Manuel García Bautista
Uno de esos eventos paranormales se está produciendo, mientras lee esta investigación, en una localidad próxima a Sevilla, a orillas del Guadalquivir, donde hoy es el testigo silencioso de unos sucesos que inquietan a toda una familia.
Nos desplazamos a 10 minutos de la capital hispalense, a tan sólo 12 kilómetros de distancia y hasta allí llevaríamos a cabo una investigación que tendría momentos inquietantes. La zona donde se ubica entre las zonas del Aljarafe y de La Vega, muy cercana a la Marismas del Guadalquivir.
En el centro de esta coqueta localidad se encuentra la casa de una familia de cuatro miembros los cuales comenzaron a vivir, de cerca, unas manifestaciones y hechos imposibles que les llenaron de pánico.
Para seguir el orden cronológico de los acontecimientos tendríamos que retroceder al pasado mes de diciembre cuando gracias a los investigadores sevillanos Lorenzo Cabeza y Carmen Bravo, del Grupo de Parapsicología de Sevilla –GPS-, entra en contacto, vía red social Facebook, una persona llamada Lola. Ella era conocedora del trabajo del grupo GPS merced a un caso, presuntamente paranormal, que tuvieron la oportunidad de investigar y que se solventó con la ayuda de una amiga común. Así Lola entra en contacto con ellos y les explica un problema que tienen en su domicilio y que está afectando en extremo a toda la familia.
El miedo se instala en la casa
La investigadora Carmen Bravo nos indicaba: “Este caso nos entra a través de Facebook, donde tenemos nuestra página Fenómenos Paranormales Grupo G.P.S., Lola es amiga de una amiga nuestra que ayudamos en su día a solucionar unos fenómenos que sucedían en su casa, Lola le cuenta a nuestra amiga que en casa de sus padres suceden “algo raro”, esta sin pensarlo le aconseja que nos escriba a nuestra página o nos llame, y así lo hace, Lola nos llama esa misma noche”.
La chica, desesperada –literalmente- explica como “en la habitación de sus padres pasaban “cosas raras”, hacia un frio inexplicable cuando en el resto de la casa no era así, su padre en las noches notaba como vibraciones en su cama cuando él se acostaba, incluso llegaba a sentir como si algo pesado caminara por ella en cuanto se acostaba, asustado encendía la luz y allí no había nadie, la habitación estaba vacía y en tranquilidad pero aquellos sucesos eran inexcusablemente reales…”
En torno a estos mismos fenómenos Lola ha sido también testigo de esos hechos inexplicables con el miedo que ello le provoca y la tensión que se ha desatado en el interior de la casa, así la investigadora nos indicaba: “Ella incluso ha llegado a ver unas piernas a través de la puerta del salón mientras hablaba con su hermano un día que fue a visitar a sus padres”.
Así, ante la petición de la chica a que la ayudaran en su casa, el grupo GPS decidió ir a comprobar lo que sucedía en una primera aproximación al caso: “Decidimos ir hacer una primera toma de contacto para que nos informaran con más detalle y nos contaron que todo comenzó cuando la madre tuvo una operación y para no subir escaleras, puesto que la casa tiene tres plantas, se quedaba a dormir en el sofá; esas noches -que fueron muchas- sufría el mismo fenómeno en su cama. Pasado el tiempo la mujer comienza a dormir en el dormitorio con él y una noche llega incluso a ver como una sombra estaba arrodillada en el lado derecho de su cama, llegó a reconocer que era su suegra, el susto fue tan inmenso que despertó a su mujer pero la sombra ya había desaparecido. Todos estos detalles que nos iban contando quedaron registrados en nuestra grabadora, que solemos encender desde que entramos en la casa y ahí pudimos registrar nuestra primera psicofonía, una voz de hombre nos dice: “¿Qué hacen ahí?”, siendo impresionante”.
En aquella primera investigación se realizó un barrido fotográfico, sobre todo por la “habitación del frio”, siendo “impresionante el cambio de temperatura que allí se notaba, teníamos que estar incluso con abrigos, y todo estaba cerrado: ventanas, puertas… Pasamos hacer unas sesiones de psicofonías con y sin “Spirit Box” estando acompañados por la familia (padre e hija) siendo los cuatro allí presentes testigos de cómo una mujer dijo en varias ocasiones “Ayyyyy”, una parafonía que pudimos escuchar a simple oído y que nos dejó helados”.
Pero las sorpresas se incrementaron cuando finalizada la investigación, ya en su domicilio analizando los resultados obtenidos, comprobaron cómo había una gran cantidad de inclusiones como raps, chasquidos, golpes, respiraciones. Todo ello motivo que se dispusiera lo necesario para cometer una segunda investigación con una mayor número de aparatos de investigación para comprobar, o registrar, todo lo que allí pudiera suceder.
En aquella segunda investigación la familia se muestra especialmente nerviosa a la vez que esperanzada en que los sucesos pudieran disminuir o quedar definitivamente eliminados. El “problema” es que los investigadores de lo paranormal sólo podemos dar fe de determinados hechos –si se producen ante nosotros- o verificar como los testigos realmente se ajustan a una realidad vivida así como ser narradores de todo este tipo de acontecimientos, pero casi ninguno tenemos el poder de eliminar un determinado fenómeno paranormal de un caso que, aparentemente, sufren de una infestación. Así la familia se presta a narrar, a testimoniarnos, todo lo que sucedía en su casa y, de forma pausada, el matrimonio y sus hijos contaban sus experiencias, testigos de todo ello los investigadores del grupo GPS o yo mismo. Destacar que los sucesos parecían concentrarse en la planta superior de su hogar y ese sería el escenario de nuestra investigación.
Comienza la investigación
Una vez en el dormitorio de matrimonio comenzamos a instalar el aparataje necesario. Se realizó un intenso barrido fotográfico donde se captaron orbes –esferas de luz-, se comprobaron posibles emisiones de ultrasonidos y se hicieron barridos de alta y baja frecuencia, igualmente con el medidor de campos electromagnéticos (EMF) se comprobó los niveles de la casa y de la habitación destacando la normalidad de valores registrados en el mismo salvo en un lugar determinado donde se veía alterado al doble del valor normal (en torno a 140). Curiosamente se trataba de una especie de aparador, se revisó que no hubiera ningún elemento mecánico o eléctrico que pudiera alterar la medición y, finalmente, pudimos determinar que se debía a un tubo que debía contener algún elemento con un cierto valor sentimental y emocional para la familia. Lorenzo Cabeza comentaba sobre ello: “volvimos a aquella habitación y realizamos más pruebas. El K2 (aparato de medida) comenzó a dar medidas y valores extraños, y más cuando lo acercábamos a una especie de caja cilíndrica de piel, así que decidimos preguntar a la familia sobre lo que contenía y Lola nos comentó que en el interior había unas pertenencias de su abuela como eran unas gafas, unas fotografías, unos pendientes…”
Se siguieron realizando pruebas en el dormitorio de la familia, extraño es lo que sucedió con una cámara de visión nocturna que “nos la llegan apagar y donde pudimos obtener orbes con movimientos fijos y continuos” como si estuvieran dotados de una propia e inherente inteligencia. Pero… ¿Cómo era posible?
También se utilizaron otros elementos comunes y ya integrados a nuestro equipo de investigación como son la Ovilus, “Spirit Box” o “Spirit Radio”, en todos ellos los resultados fueron positivos. La Ovilus –una máquina de conversión de palabras según el nivel de energía, muy grosso modo- comenzó a generar palabras como: “aquí”, “él”, “muerte”, “buscad”, “escuchad” o “vida”. En los otros dos aparatos los resultados fueron similares generando “psicofonías” que respondían de forma inteligente a las preguntas de Carmen Bravo dando origen a una bidireccionalidad coherente entre preguntas y respuestas. ¿Casualidad? Puede que las primeras respuestas se puedan interpretar como azar pero 18 preguntas sobre 27 realizadas son más que la intervención del azar.
Particularmente intensos fueron los momentos en los que se realizaron pruebas psicofónicas tradicionales y pese a que en estos momentos aún tenemos una buena cantidad de audios por analizar si hubo inclusiones que sorprendieron por la crudeza de su mensaje. Carmen Bravo indicaba sobre ello: “las psicofonías nos dicen, por ejemplo, cuando preguntamos: “¿Sabéis que estáis muertos?” Un firme y repetido: “Muerto… Si…” en algunas ocasiones nos invitan a que nos marchemos diciéndonos “Vete”, algo que no es la primera vez que nos sucede en las investigaciones que realizamos y en esta casa en cuestión”.
En esa misma sesión, a través de la “Spirit Box” ambas investigadoras preguntan de forma incisiva: “Necesito que me digáis que hacéis aquí” y, nuevamente, resonó una voz áspera que interrumpe diciendo “Vete” a lo que Carmen Bravo responde negativamente y la voz resurge para indicar de forma firme “corre, vete”.
Se dispusieron una serie de detectores de presencia en la casa pero los resultados fueron negativos siendo a destacar un hecho por el que se les preguntó. La familia tiene dos mascotas, un pequeño perro y un gato, “azul ruso”. Los animales eran encerrados en una habitación especialmente habilitada para su confort creyendo que podrían ser los causantes de los extraños ruidos en la casa pero comprobaron que aun así seguían produciéndose. Igualmente estos mismos animales tenían un comportamiento extraño, descrito en casos similares, como lo eran el quedarse mirando fijamente a un determinado punto de la habitación o mostrar recelo a pasar por determinadas zonas de la casa, quizás todo ello por la especial sensibilidad que tienen los animales cuando se dan este tipo de fenómenos en un inmueble.
Creencia de la familia
En opinión del cabeza de familia los sucesos estarían ocasionados por la madre de su esposa, por su suegra, al que le unía una buena relación pero que estaría manifestándose ante él en determinadas ocasiones, sobre todo en la noche sin que medie en ello ningún fenómenos de parálisis del sueño o pesadilla lúcida, igualmente se descartó que la toma de determinadas medicinas pudieran estar originando alucinaciones en el afectado máxime cuando otros miembros de la familia han vivido otras experiencias paranormales o presuntamente paranormales.
Conclusiones
Cuando el investigador se enfrenta a este tipo de casos son muchos los aspectos a valorar, desde la sugestión inherente en los testigos hasta el miedo que puede provocarle este tipo de fenómenos, la medicación tomada (Orfidal) o el recuerdo de un familiar fallecido. La causa paranormal es la última que el investigador, el estudioso, sopesa. Antes de ello está cualquier causa que pueda explicar el mismo y en este confluyen circunstancias que hacen pensar que algo extraño está pasando en el interior de su hogar.
Descartadas todas las causas racionales sólo nos queda la última opción, quizás las más inverosímil: aquella que es tildada de paranormal pero que bajo determinadas condiciones es la más apropiada y la única vía posible para explicar un caso, un caso como el analizado con la “Habitación del frío”. Mientras concluye nuestra investigación nuevos fenómenos se están produciendo que están haciendo imposible la existencia en el interior de la misma de esta humilde familia.