EL MISTERIO DE LAS CASUALIDADES
Por: Jose Manuel García Bautista
Cuando hablamos de serendipias solemos hacerlo en referencia a casualidades difíciles de explicar, casi imposibles, por el grado de extrañeza que supone su razonamiento.
Serendipias
Siempre me ha llamado la atención este tipo de hechos extraños, este tipo de hechos en los que el azar parece rizar el rizo de la propia inexplicabilidad y retarnos con un desafío más allá de nuestra capacidad y entendimiento.
Reconozco que me llama en extremo la atención de este tipo de sucesos, y que el pensar en hallarles una explicación supone desafiar a las estadísticas, las matemáticas y la Ciencia… Hechos que no se pueden reproducir, hecho que no dudo ni cuestiono que puede ser reales entre millones, tal vez billones, de sucesos similares que se produjeran y que sin embargo en, al menos, esta ocasión se ha producido.
Yo mismo he tenido sueños en los que me guiaban de como comenzar o acabar un libro en el que me hallaba enfrascado o pendiente de la inspiración para comenzarlo… Y a las cinco de la mañana, en el transcurso de un sueño, se desvelan las claves para plasmar en negro sobre blanco las ideas esquivas que, hasta ese momento, no había querido manifestarse; puede parecer un hecho aislado pero son muchos los que de una forma similar lograron culminar relatos, descubrimientos o inventos de gran trascendencia para la Humanidad.
Sinceramente no esperaba escribir nunca un libro así, hasta que cierto día me puse a coleccionar este tipo de hechos que hoy paso a exponerles en esta obra que tiene en sus manos o en su PC. Un libro que contiene acontecimientos tan difíciles de creer que nos parecen imposibles, y sin embargo son reales. Mi intención no es convencerles de nada, simplemente que llegue a entender que no lo sabemos todo y no lo podemos explicar todo…, como muestra un botón en forma de libro.
Vivimos en un mundo de casualidades imposibles y hoy día, con nuestra tecnología y capacidades actuales, tampoco podemos satisfactoriamente explicarlo todo… Causas, hechos, desarrollos, desenlaces increíbles para un libro increíble sobre hechos asombrosos pero reales.
¿Qué es una serendipia?
Término curiosos que sin dudas llama nuestra atención y no sabemos realmente ni que significa ni cuál es el origen de su expresión. Así podemos definir el término “Serendipia” como: “un descubrimiento o un hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta. También puede referirse a la habilidad de un sujeto para reconocer que ha hecho un descubrimiento importante aunque no tenga relación con lo que busca. En términos más generales se puede denominar así también a la casualidad, coincidencia o accidente”.
El origen de la expresión habría que encontrarlo en un viejo cuento llamado “Los tres príncipes de Serendip” (Sri Lanka) lo cuales recorrían el país y encontraban soluciones descabellas o casuales a los problemas que les iban surgiendo.
Como ejemplo se toma el de un hombre que había perdido su camello y aquellos príncipes se detuvieron a ayudarlo. Tras un rato le dijeron que el animal que buscaba no veía por un ojo, le faltaba un diente, cojeaba de una pierna y que llevaba una carga de miel y mantequilla. El camellero comenzó a gritar acusándolos a ellos del robo pues nadie podía saber tanto del animal salvo el ladrón…
Los príncipes fueron llevados a prisión, en el momento que iban a ser ejecutados apareció el camello que resultó que nadie había robado sino que se había escapado… El monarca mandó llamar a los príncipes movido por la curiosidad de como aquellos hombres sabían tanto del camello.
Los príncipes argumentaron: “el camello es tuerto pues sólo ha comido hierba de un lado del camino, sólo ha comido la que veía. Le faltaba un diente pues la hierba presentaba trazos de haber sido mordida irregularmente y se caían restos por el orificio del diente que faltaba. Además es cojo porque en la arena apenas dejaba huella de la pata trasera de la que cojea. Y su carga es de mantequilla y miel por qué hemos visto hormigas tratando de coger la primera y abejas portando la segunda”.
Y así el monarca quedó sorprendido por la capacidad de aquellos príncipes llegados de Serendip.
El término serendipia tiene su origen en el término inglés serendipity, que es un neologismo acuñado por Horace Walpole en 1754 derivado de ese mismo cuento.
¡Eureka!
La inspiración vuelve a ser la protagonista de nuestra siguiente serendipia, muchas creaciones se deben a ella y alguna que otra cabeza ha rodado debido a ella.
Algo así ocurrió con el rey de Siracusa, con Hierón. Un día el rey encargó una corona de oro al orfebre local. El rey estaba deseando ver su corona de oro, pero enmudeció cuando comenzaron a llegarle rumores que hablaban que el artesano contratado solía adulterar el metal noble con una aleación quedándose así parte del oro… El rey, con “la mosca detrás de la oreja” como se suele decir mando llamar a un afamado sabio de la ciudad, a Arquímides, para pedir su consejo y solución del problema.
La verdad es que Arquímides no sabía cómo resolver aquella cuestión y sabía, por otro lado, que el rey, tenía mal carácter y era de decisiones drásticas…
Se cumplía el plazo otorgado por el rey y Arquímides no tenía solución al problema… Para colmo corrían rumores que el rey estaba cada vez más enfurecido… El sabio mandó llenar una bañera con agua caliente para relajarse un poco, una vez la sirvienta le indico que su baño estaba preparado introdujo un pie en aquel recinto, y comprobó como al meter el pie un volumen determinado de agua salía rebosando la bañera. Metió el otro pie y sucedió lo mismo y, de repente, algo se activó: la inspiración.
Arquímedes comenzó a gritar desnudo: “¡Eureka! ¡Eureka!” (“¡lo encontré! ¡Lo encontré!”) Y así se presentó en la corte del rey Hierón, mandó llevar dos recipientes con agua y la corona así como su peso en oro… Sumergiría ambas en agua y si la cantidad de líquido rebosado era el mismo es que no habría habido engaño, pero si la corona realizada por el orfebre rebosaba menos significaría que había habido adulteración.
El orfebre había engañado al rey y perdió la cabeza.
Anthony Hopkins
En cierta ocasión el actor Anthony Hopkins, toda una estrella del séptimo arte, fue contratado para interpretar la película “Mujer de Petrovka”, basada en la obra de George Feifer. Como profesional de la escena decidió buscar la novela por las librerías de Londres, pero su búsqueda le resultó infructuosa ya que no había existencias de ese libro por ninguno de los establecimientos que visitó.
Regresaba a casa en el metro, en Leicester Square, cuando se sentó en uno de los bancos y junto a él había un libro que alguien había dejado olvidado, lo tomó en sus mano y leyó el título “Mujer de Petrovka” de George Feifer, además el libro tenía anotaciones del autor, Anthony Hopkins que minutos antes lamentaba su desdicha ahora se regocijaba de su suerte…, y de la casualidad.
La sacarina
Sucedió en 1879, ese día se iba a descubrir la sacarina en el laboratorio químico del estadounidense Ira Remsen, que tenía como colaborador a un joven apellidado Fahlberg.
Aquel día el joven ayudante almorzaba tranquilamente cuando notó un sabor dulzón en la sopa, intrigado avisó a la cocinera quién se acercó a robar la comida comprobando la veracidad de lo que afirmaba el ayudante… ¡aquello estaba dulce!
Rápidamente comprobó el sabor del pan y comprobó cómo, nuevamente, tenía el mismo sabor, ello llevó a pensar que debía tener un origen ajeno a la cocina. Así el científico humedeció con su boca su palma de la mano, la lamió, y comprobó que tenía el mismo sabor.
Intrigado comenzó a rebuscar por el laboratorio y concluyó que aquel sabor dulce provenía de uno de los experimentos que se estaban llevando a cabo en el laboratorio. Era una investigación sobre la hulla en busca de nuevos colores de reacción… Un hallazgo de forma absolutamente casual y que recibió el nombre de Sacarina, tal y como quedó patentada.