11 de SEPTIEMBRE DE 2001: LA TRAGEDIA DE LAS TORRES GEMELAS N.Y.
Por: Jose Manuel García Bautista
(Extracto libro “Las Lágrimas del Tiempo”, © 2010)
A comienzos del siglo XXI el horror se apoderó del mundo ante el estupor que estaba viviendo… Un atentado terrorista había golpeado el corazón de los Estados Unidos y el de todos los ciudadanos del mundo. Dos aviones comerciales suicidas, cargados con un total de 266 pasajeros, se estrellaron previa e intencionadamente contra un símbolo de la nación americana: las Torres Gemelas en Manhattan (Nueva York), como consecuencia de este atentado terrorista el edificio 7 del World Trade Center quedaría destruido. Los aparatos pertenecían a las compañías aéreas American Airlines -vuelo 11 que cubría ruta entre Boston y Los Ángeles, con 81 pasajeros y 11 tripulantes a bordo- ,que impactó contra la torre norte, y la United Airlines – vuelo 175 que cubría el mismo trayecto y llevaba a bordo 56 pasajeros y 9 tripulantes- que hizo lo propio contra la torre sur. Ambos aviones eran del modelo Boeing 757 y estaban cargados de combustible, se les consideró como dos bombas volantes… A las 8:45 h (14:45 h. en España) el primer avión se incrustaba a unos 20 metros por debajo de la última planta de la torre norte, dieciocho minutos después el segundo avión chocaba contra la planta 30 de la torre sur… los hermosos edificios comenzaron a sentir próxima su destrucción. Posteriormente otros dos aparatos se estrellarían contra el Pentágono en Washington, un vuelo de la American Airlines – 77 con 58 pasajeros a bordo y 6 tripulantes que cubría trayecto entre Washington y San Francisco-, y otro en Pensilvania -United vuelo 93 con 38 pasajeros y siete tripulantes con ruta entre Nueva Jersey y San Francisco-. Inicialmente se cifraron las víctimas en 10000 pero la misma fue disminuyendo conforme pasaba el tiempo y se iban tranquilizando los ánimos. Intervinieron los policías y bomberos de Nueva York, los heridos fueron trasladados a 170 hospitales en un radio de 50 kms. de la ciudad de los rascacielos. 1500 personas fueron evacuadas en ferry hacia Staten Island y muchos miembros de los cuerpos de salvamento y seguridad murieron en las operaciones de rescate de los que aún permanecían atrapados entre las ruinas de las Torres Gemelas.
Habitualmente en las Torres Gemelas trabajaban unas 50000 personas repartidas entre las más de 200 empresas existentes en los edificios. Eran visitados por unos 1000 turistas diarios .
La confusión reinaba con respecto a lo ocurrido y el Ejército decidió clausurar todos los aeropuertos y el espacio aéreo norteamericano. No se sabía exactamente lo ocurrido, sólo que dos aviones impactaron contra las “Twin Towers” neoyorquinas, momentos antes del choque del primer avión contra la primera torre se informó desde el aparato sin mencionar ninguna circunstancia extraña o secuestro aéreo. Sin embargo la azafata Barbara Olson llamó desde su teléfono móvil a su marido comentándole que el vuelo había sido secuestrado por terroristas y que habían sido obligados a colocarse al final del aparato, los secuestradores- terroristas iban armados con cuchillos y otros objetos punzantes.
Tras los atentando compareció el presidente norteamericano George Bush prometiendo hacer justicia contra los responsables del atentado brutal que golpeó a su nación, el avión presidencial, el Air Force One, era el único con permiso para volar espacio aéreo estadounidense así como los numerosos cazas de combate que comenzaron a surcar sus cielos. Entre tanto Nueva York vivía sumida dentro de la más profunda y cruel de las pesadillas.
La emisora de televisión de los E.A.U. (Emiratos Árabes Unidos) emitió un comunicado por el que la organización palestina DFLP se atribuía el atentado, pero la información fue desmentida poco tiempo después por la misma organización. Si se comenzaban a conocer detalles: “había sido un ataque terrorista con pilotos suicidas los cuales habrían sido previamente entrenados para un vuelo manual en tierras americanas”. Esta información se puso en entredicho desde el propio colectivo de pilotos aéreos ya que era muy cuestionable que personas con poca experiencia en vuelos de aviones comerciales de gran tamaño pudieran realizar tal maniobra con sólo haber practicado con pequeñas aeronaves como lo puede ser un Cessna. Los 757 pesan unas 200 toneladas y volar a tan baja altura e impactar con un objetivo como las Torres Gemelas escapaba del propósito de cualquier piloto inexperto. La posibilidad mejor contemplada es que los sistemas de vuelo fueran reprogramados por personal entendido en esta materia y que los ordenadores de a bordo hicieran el resto del trabajo siendo controlados los pilotos secuestrados por los terroristas que velarían por el éxito de la misión. Esta teoría se vio avalada posteriormente por Rudi Dekkers – propietario de una escuela de vuelo en Venice (Florida)- quién en declaraciones al diario The Independent declaró que los terroristas identificados como “Mohammed Atta y Maruan al Shehhi tomaron clases de vuelo durante cinco meses a bordo de avionetas Cessna y Piper Cessna”. El piloto comercial Ishaq Kuheji comentaba en el diario The Gulf News ,de Bahrein, que no creía que los terroristas fueran capaces de pilotar un 757 con ese grado de precisión y que debía de haber sido un atentado programado.
Las investigaciones seguían y todo parecía indicar -como más tarde se confirmó- que la organización terrorista Al-Qaiída que lideraba el multimillonario Osama Bin Landen era la responsable del atentando. Se da la circunstancia que este terrorista fue formado por la propia CIA para la lucha mujaidi en Afganistán contra la ocupación rusa en la década de los 80.Inicialmente financiaba a los mujaidies y posteriormente se convirtió en su líder recibiendo apoyo económico de la CIA a través de los presupuestos de ayuda aprobados por, primero, Stansfield Turner y más tarde por William Casey durante el mandato de Ronald Reagan. El terrorista veía en los famosos edificios un símbolo del poder económico norteamericano que identificaba con el imperialismo y creía que su destrucción era un golpe tremendo a la moral americana y a la economía mundial…y no se equivocaba.
El 27 de Septiembre de 2001, el ex-alcalde de Nueva York, el señor Giuliani informaba de una cifra de 12000 personas desaparecidas, pero a medida que se realizaban las acciones de búsqueda y desescombro se vio reducida hasta, fnalmente, 2800 fallecidos, siendo 1024 identificados mediante técnicas de ADN.
Otro misterio posterior lo conformaría el supuesto avión que se estrelló contra el Pentágono, y decimos supuesto ya que no se vio ningún avión chocar contra el edificio gubernamental estadounidense ni se encontraron restos del avión ni nada que hiciera indicar que allí se había estrellado una aeronave de esas características. Las cajas negras, supuestamente encontradas, estaban borradas debido a las altas temperaturas sufridas (?)…
Algunos piensan que el atentado era conocido por las altas esferas americanas, no se sabía a ciencia cierta que iba a suceder ni donde pero un hecho anecdótico nos llama a la reflexión: ¿qué hacían las bases aéreas americanas de Europa en alerta máxima el 11 de Septiembre desde las 11:05 h.? Nadie ha contestado al respecto.
Las Torres Gemelas fueron creadas durante el plan de remodelación de Manhattan quedando inauguradas en 1970 y siendo una idea de un grupo de empresarios entre los que destacaba David Rockefeller su hermano Nelson -gobernador de Nueva York-. Medían 415 metros de altura distribuidos entre 110 plantas, 100 ascensores, 45000 ventanas que daban al edificio una apariencia monumental de acero, hormigón y cristal. En la planta 107 existía una plataforma panorámica de la ciudad y era la cuarta atracción de la ciudad tras el Museo Metropolitano de Arte, la estatua de la Libertad y el Empire State Building. Eran un símbolo económico y daba un toque de elegancia a la “gran Manzana” junto al Empire State y otros edificios significativos. Se le calificó como “un montón de bloques de Lego” en su proyecto original pero al final todos quedaron asombrados por la faraónica obra cuyo costo superó los mil millones de dólares de la época.
(Extracto libro “Las Lágrimas del Tiempo”, © 2010)